El Papa Francisco, de 88 años, ha experimentado un «repentino» empeoramiento respiratorio tras sufrir una crisis «aislada» de broncoespasmo este viernes, según informó la Santa Sede. El episodio ocurrió mientras el Pontífice alternaba entre sesiones de fisioterapia respiratoria y oración en la capilla del Hospital Gemelli de Roma, donde permanece internado desde el 14 de febrero debido a una bronquitis complicada con neumonía bilateral.
La crisis provocó un episodio de vómito con inhalación, lo que agravó rápidamente su estado respiratorio. Los médicos iniciaron de inmediato una ventilación mecánica no invasiva, a la cual Francisco ha respondido positivamente, mejorando los intercambios gaseosos en sus pulmones. A pesar de la gravedad de la situación, el Papa se mantiene lúcido, consciente y cooperando con las maniobras terapéuticas. El pronóstico sigue siendo reservado, y se necesitarán entre 24 y 48 horas para evaluar plenamente el impacto de este episodio en su salud.
Un broncoespasmo es una contracción involuntaria de los músculos que rodean los bronquios, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y dificulta la entrada y salida de aire en los pulmones. Este fenómeno es común entre personas que padecen asma o algún tipo de alergia, pero también puede ser consecuencia de una infección respiratoria o de factores externos dañinos para el organismo.
Este incidente se produce en el decimoquinto día de hospitalización del Papa Francisco, quien había mostrado signos de mejoría en los últimos días. Sin embargo, su estado de salud ha vuelto a complicarse, y los médicos continúan monitoreando de cerca su evolución. La comunidad católica mundial permanece en oración por la pronta recuperación del Santo Padre.