Santa Fe vivió un momento de extrema tensión política en la Cámara de Diputados durante la sesión en la que se discutían los pliegos de la Corte Suprema provincial. Lo que debía ser un debate institucional sobre la designación de magistrados terminó en un fuerte cruce entre el legislador radical Felipe Michlig y la diputada Amalia Granata, quien fue descalificada con el término «atorranta» en medio de la discusión.
El episodio desató una ola de repercusiones en el ámbito político y social, con denuncias de violencia verbal y pedidos de explicaciones por parte de distintos sectores.
¿Qué originó el enfrentamiento?
El conflicto comenzó cuando Amalia Granata tomó la palabra para cuestionar el proceso de designación de jueces en la Corte Suprema de Santa Fe. La legisladora, conocida por su estilo directo, denunció que los pliegos estaban siendo aprobados sin la debida transparencia y acusó a sus colegas de actuar bajo acuerdos políticos preestablecidos.
“Estamos eligiendo jueces como si fuera un trámite burocrático, sin el debate que merece la ciudadanía. Esto es una falta de respeto a la democracia”, afirmó Granata en su intervención, generando reacciones inmediatas en el recinto.
Felipe Michlig, uno de los principales impulsores de los pliegos en discusión, reaccionó con evidente molestia a las declaraciones de Granata. “No podemos aceptar este nivel de irresponsabilidad en un debate tan importante”, respondió inicialmente el legislador radical. Sin embargo, la discusión escaló rápidamente, con ambos elevando el tono de voz y cruzando acusaciones.
El momento de la descalificación: «Atorranta»
El punto más álgido del cruce ocurrió cuando Michlig, visiblemente exaltado, se dirigió a Granata con la frase: «No voy a permitir que una atorranta venga a faltarnos el respeto en esta Cámara».
El comentario provocó una reacción inmediata en el recinto. Granata exigió una retractación inmediata, mientras otros legisladores intentaban calmar la situación. “¡Es una falta de respeto absoluta! Esto es violencia política y no lo voy a tolerar”, exclamó la diputada, mientras Michlig intentaba continuar con su intervención.
Reacciones dentro y fuera del recinto
El incidente no pasó desapercibido y rápidamente se viralizó en redes sociales, donde miles de usuarios repudiaron el comentario de Michlig. Distintos sectores políticos y organizaciones manifestaron su rechazo a la descalificación.
Desde el bloque de Granata emitieron un comunicado denunciando lo ocurrido: «Lo sucedido en la sesión de hoy es un claro caso de violencia verbal y política. No vamos a aceptar que se naturalicen los insultos y descalificaciones hacia una mujer en pleno ejercicio de su función».
Por su parte, el radicalismo intentó minimizar el episodio, asegurando que se trató de un “exabrupto” en un contexto de discusión acalorada. Sin embargo, sectores del propio partido reconocieron que el comentario fue inapropiado y pidieron a Michlig que aclarara sus palabras.
El impacto político y las posibles consecuencias
Este enfrentamiento dejó expuestas las tensiones dentro de la Cámara de Diputados y evidenció la fuerte polarización en torno a la designación de jueces en Santa Fe.
Además, reabrió el debate sobre la violencia política contra las mujeres en los espacios de poder, un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años con la sanción de leyes para prevenir y sancionar este tipo de agresiones.
Desde sectores feministas y organismos de derechos humanos ya se están organizando pedidos de sanción contra Michlig por su comentario, mientras que Granata evalúa llevar el caso a la Justicia por violencia política de género.
Conclusión
Lo que debía ser una sesión clave para el futuro de la justicia en Santa Fe terminó convertido en un escándalo político que sigue sumando repercusiones.
Más allá del cruce personal entre Felipe Michlig y Amalia Granata, el episodio deja en evidencia la falta de respeto y la violencia verbal que persisten en la política argentina. La controversia no solo tendrá impacto en la imagen de los protagonistas, sino que también podría afectar la legitimidad del proceso de designación de jueces en la provincia.
Las próximas semanas serán claves para determinar si el legislador radical ofrecerá disculpas públicas o si la situación derivará en acciones disciplinarias dentro del ámbito legislativo. Mientras tanto, la sociedad santafesina sigue atenta al desenlace de este nuevo escándalo en la política provincial.