El presidente de Argentina, Javier Milei, protagonizó un nuevo error matemático en redes sociales que rápidamente se viralizó y generó polémica. A través de su cuenta de Twitter, Milei compartió una entrevista del rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, en la que se mencionaba que la institución cuenta con 10.500 empleados y 85.000 alumnos. El presidente, sin embargo, interpretó mal los datos y escribió: «¿8 empleados por cada alumno?», cuando el cálculo correcto sería un empleado por cada 8 alumnos.
El error fue rápidamente señalado por usuarios de Twitter, periodistas y especialistas, quienes se apresuraron a corregir la confusión matemática del mandatario. Diversos comentarios ridiculizando el fallo comenzaron a circular, aumentando la presión sobre el presidente para rectificar su tuit.
Horas más tarde, Milei reconoció el error y emitió un tuit de disculpa: «Cometí un error en el cálculo al referirme a la relación entre empleados y estudiantes de la UNR.Agradezco las correcciones y pido disculpas por la confusión».
A pesar de la disculpa, el incidente ha suscitado fuertes críticas de varios sectores, quienes acusan al presidente de no estar bien informado sobre temas educativos y de subestimar la importancia de las universidades públicas. Desde la UNR, aunque no hicieron declaraciones oficiales al respecto, fuentes cercanas al rectorado expresaron que el enfoque del presidente sobre la universidad «evidencia una falta de conocimiento profundo sobre el funcionamiento de las instituciones educativas».
Por otro lado, algunos voceros del gobierno intentaron desdramatizar el incidente, subrayando que el presidente siempre está abierto a corregir errores y que el debate sobre la eficiencia de las universidades públicas debe continuar.
El malentendido ha dado lugar a discusiones más amplias sobre las reformas que Milei propone para el sistema educativo argentino, en particular su intención de reducir el financiamiento público de las universidades. El error matemático, aunque subsanado, se suma a otros tropiezos recientes que han complicado la relación del gobierno con la comunidad académica.
Este episodio, aunque breve, ha puesto de nuevo en primer plano la importancia del manejo riguroso de la información en los discursos oficiales y la percepción pública sobre las políticas del actual gobierno.