A partir del 14 de octubre, los usuarios del transporte público en Rosario deberán enfrentar un nuevo aumento en el precio del boleto, que pasará a costar $1.200. Esta suba, que responde a la escalada inflacionaria y el incremento en los costos de mantenimiento del servicio, ha generado un fuerte malestar entre los usuarios, quienes ya venían soportando una serie de ajustes en los últimos meses.
El anuncio fue confirmado por la Secretaría de Movilidad del municipio, que justificó la medida como necesaria para garantizar el funcionamiento del sistema de transporte. Según las autoridades, el incremento permitirá hacer frente a los costos operativos, que incluyen la compra de insumos, mantenimiento de las unidades y salarios del personal.
Las reacciones no se hicieron esperar. Organizaciones de usuarios y representantes de gremios de trabajadores del transporte han expresado su descontento ante este nuevo ajuste, advirtiendo que el aumento impactará directamente en el bolsillo de los ciudadanos, muchos de los cuales ya se encuentran en situaciones económicas complejas.
Por su parte, desde el municipio explicaron que seguirán gestionando subsidios ante el gobierno provincial y nacional para intentar morigerar los futuros aumentos, aunque aclararon que la situación económica actual hace difícil prever cuándo podrán estabilizarse las tarifas del transporte.
Este nuevo ajuste coloca el boleto rosarino entre los más caros del país, una situación que reaviva el debate sobre la calidad del servicio prestado y la accesibilidad del transporte público para los sectores más vulnerables.