La medida judicial, anula un fallo anterior que había declarado “cosa juzgada” en la causa en la que están involucrados funcionarios rionegrinos que habrían modificado normas inmobiliarias para favorecer a Lewis. Las tierras que en su momento compró Charles Lewis, hijo de Joe, se habrían mal vendidos. La razón principal es que las 12.000 hectáreas son tierras protegidas y fronterizas, por lo tanto imposibilitadas de ser sujetas de una operación inmobiliaria a favor de un extranjero.
Las 12.000 hectáreas de la estancia que el magnate británico Joe Lewis tiene en Lago Escondido estarían mal vendidas. La Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal ordenó la reapertura de la causa que investiga las “presuntas” irregularidades en la venta de esas tierras a favor de Lewis, amigo íntimo de presidente Mauricio Macri.
Las tierras de la estancia que hoy tiene en su poder Joe Lewis es una zona de que se denomina de “seguridad” Se trata de una franja que se extiende 150 kilómetros de una frontera en el continente y 50 kilómetros en el área marítima. La Ley prohíbe que un ciudadano extranjero compre tierras dentro de estas franjas. El Ministerio del Interior debe interceder y dar conformidad para que la venta de las tierras se realice. Para la Defensoría del Pueblo, las tierras que compró Joe Lewis fueron vendidas en forma irregular.
El lobby político incluso se extendió hacia la justicia, en su momento la Sala I de la Cámara Federal había rechazado la denuncia y sobreseído a los funcionarios involucrados. Ahora el titular de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), a cargo de Santiago Eyherabide anuló la extinción de la causa. En concreto la PIA advierte que la venta de estas tierras viola la Ley de Defensa Nacional 23.554 y el Decreto Ley 15.385/44.
Lewis, en una maniobra irregular, creó una compañía con ciudadanos argentinos para realizar la compra de las tierras. Esa empresa fue en un primer momento Properties Buenos Aires, y luego Hidden Lake, esta última es la que Lewis usa en la actualidad para hacer todas sus operaciones, muchas de las cuales tienen un profundo rechazo en El Bolsón, como la idea de hacer un barrio privado en una Reserva Natural, y la falta de un acceso público que posibilite a cualquier ciudadano argentino a visitar el Lago Escondido, hoy propiedad de Lewis y con todas sus tranqueras de acceso cerradas.