Tras la violenta y trágica balacera en Cabal al 1300 bis de Empalme Graneros, Máximo, el niño de 12 años asesinado, era despedido este lunes en las instalaciones del club Los Pumas, Cotone 130 bis, que prestó su lugar para llevar a cabo la ceremonia.
La despedida del niño está acaparada por un fuerte operativo policial con uniformados en motocicletas, camionetas e integrantes de GIRI, un grupo de tareas especiales de la Provincia de Santa Fe.
Muchas familias con sus hijos e hijas se acercaban al lugar donde se velaba el cuerpo de la criatura. Los comentarios acerca del hecho se multiplicaban, apuntando a enfrentamientos entre vecinos de las inmediaciones ligados a la venta de drogas.
«Ya se les fue la mano», lamentó Alfredo González, uno de los maestros de Maxi esta mañana en el velorio.
«Lo fusilaron, lo mataron, estamos todos destrozados y no quiero que esto quede impune», dijo esta mañana Antonia, dijo la tía del preadolescente.
La mujer contó que su sobrino era un chico sano y que el sábado por la tarde estuvo jugando a la pelota hasta las 18. De allí se fue a un cumpleaños donde se encontró con los otros chicos y al salir, cerca de la 1.30, encontró la muerte.
«Quiero justicia para que no haya más Máximos. No queremos otro Máximo en el barrio estamos tan cansados de todo, cansados de que nos roben y de que mueran los chicos», dijo Antonia. Y agregó: «Mi sobrino no está más, me lo mataron y el barrio está todo de luto, enojados. Era una excelente nene, no se metía con nadie, era sano y ahora hay un equipo de Los Pumas de la (categoría) 2011 llorando y doloridos».
«Lo único que pido es que se haga justicia y que no haya más Máximo, los chicos son inocentes», agregó la mujer.
En dialogo con medios rosarinos la tía, Antonia manisfestó: “No nos metemos con nadie, estamos muy dolidos, nos tocaron un chico de la comunidad que no se mete con nadie”.
“¿Dónde está la Policía?”, cuestionó y continuó: “La Policía de Rosario no nos sirve”.
“Era un chico muy querido por la comunidad, pegaba con la pelota, es conocido en el barrio”, expresó en llanto. “Quien mata a mi sobrino tenga conciencia de que quebró una familia que nunca le hizo nada. Estamos de luto. ¿Quién me devuelve a mi sobrino?”, gritó y aseguró: “Nos arruinaron la vida”.
Antonia lamentó el modo en que los chicos y las chicas de su comunidad deben subsistir. “Se gastan la vida cartoneando. Que se pongan las pilas y vengan a que vean cómo vivimos, acá sin aire, sin nada. Vivimos mal”, lanzó.