El mandatario endurece su política proteccionista y deja fuera a Argentina de las exenciones
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Argentina no será eximida del arancel del 25% sobre las exportaciones de acero y aluminio, una decisión que impacta de lleno en la economía del país sudamericano. La única nación que logró quedar exceptuada fue Australia, gracias a su compra de aviones estadounidenses.
Tenemos un pequeño déficit con Argentina, como con todos los países» , justificó Trump al revelar la medida, en línea con su política proteccionista que prioriza la producción nacional. Su postura refuerza la estrategia que marcó su administración en su primer mandato y que ahora vuelve con más fuerza en su regreso a la Casa Blanca.
Un golpe a la estrategia comercial de Milei
Para Argentina, la medida supone un duro revés. El país exporta aproximadamente 600 millones de dólares anuales en acero y aluminio a Estados Unidos, lo que convierte a ese mercado en un destino clave para la industria metalúrgica.
La decisión de la administración Trump también podría afectar la balanza comercial bilateral, que en 2024 resultó superavitaria para Argentina en 228 millones de dólares. El gobierno de Javier Milei, que ha expresado su alineamiento con Estados Unidos y ha promovido una política de apertura económica, enfrenta ahora un desafío inesperado.
Milei había apostado a fortalecer la relación con Washington, destacando su afinidad ideológica con Trump y su modelo de gobierno. Sin embargo, este giro en la política comercial estadounidense deja en evidencia que, más allá de las afinidades políticas,los intereses económicos de la Casa Blanca priman sobre cualquier alineamiento diplomático.
Un mensaje claro: «No me importan las represalias»
Lejos de preocuparse por posibles reacciones adversas, Trump fue tajante al justificar su decisión: «No me importan las represalias de los países», afirmó, dejando en claro que no tiene intenciones de suavizar su postura proteccionista.
El impacto de estos aranceles podría ir más allá de Argentina. Con esta medida, el gobierno estadounidense envía un mensaje claro al resto del mundo: el proteccionismo seguirá siendo un pilar de su política económica, sin importar las consecuencias para los socios comerciales de EE.UU.
Reacciones y posibles represalias
La noticia generó preocupación en el sector industrial argentino, donde empresarios y analistas advierten sobre las dificultades que enfrentarán las exportaciones hacia EE.UU. Algunas voces dentro del gobierno de Milei sugieren que Argentina podría buscar nuevas vías de negociación o incluso evaluar represalias comerciales, aunque las herramientas disponibles son limitadas frente a una economía tan poderosa como la estadounidense.
Por otro lado, algunos expertos consideran que este escenario podría abrir oportunidades para diversificar mercados y reducir la dependencia de Estados Unidos en sectores estratégicos. China, la Unión Europea y Brasil podrían convertirse en opciones viables para reubicar parte de la producción afectada por los aranceles.
Un desafío para la relación bilateral
Este episodio marca un punto de tensión en la relación entre Trump y Milei. Aunque ambos líderes comparten una visión de libre mercado y desregulación económica, la decisión del mandatario estadounidense pone en jaque la confianza del gobierno argentino en su aliado estratégico.
Mientras la Casa Rosada analiza los próximos pasos, el mensaje de Trump es claro: el proteccionismo estadounidense está de regreso, y ningún país está exento de sus consecuencias.